La terapia de masajes con piedras permite combinar los masajes con el uso de piedras (calientes, frías o ambas combinadas) con el fin de conseguir la relajación muscular y de que la energía fluya a través del cuerpo para aliviar bloqueos físicos y, dicen, también emocionales.
Las piedras se distribuyen de forma estratégica para lograr el objetivo buscado en la sesión (ya sea disminuir el dolor, relajar los músculos, reducir el estrés…) y se utilizan a diferentes temperaturas, que pueden ir desde los 47-50 grados para las calientes y los 6 u 8 para las frías. Una vez colocadas, se usarán para hacer presión o para masajear deslizándolas por el cuerpo y ayudándose para ello de aceites esenciales.
Para los masajes con piedras calientes se suelen utilizar piedras de basalto. Este tipo de piedras (la mayoría de origen volcánico) tienen un mayor contenido en hierro que otros tipos de piedras y, además, retienen más tiempo el calor, que van liberando lentamente. Por estas características se cree que podrían aportar más beneficios.
Para los masajes con piedras frías (o para las fases del masaje en el que se utilizan piedras frías), el prfesional cuenta con piedras de canto de río, que contienen minerales como el zinc y el fósforo, materiales que pueden tener efectos beneficiosos para mejorar el aspecto de la piel o con piedras de mármol, entre cuyas propiedades está la de mantener temperaturas muy frías que ayudan a crear un efecto de contraste.
BENEFICIOS:
Relajación profunda, reducción de los niveles de estrés, favorece la circulación sanguínea, reduce los dolores crónicos, óseos y musculares por la acción del calor, reduce la inflamación, tonifica los músculos, reafirma los tejidos y mejora el estado de la piel, elimina toxinas, alivia las molestias menstruales, y son de gran ayuda para sentirte mejor.